jueves, 25 de octubre de 2007

La tiranía de la mayoría


Por: Roy Jiménez Oreamuno


Hace unos meses en el intenso debate en nuestro país, en torno a la ratificación del Tratado de Libre Comercio con los Estados unidos (TLC), don Oscar Arias, presidente de Costa Rica, se refirió a la tiranía de la democracia. Deseo hacer un breve repaso sobre este tema, que esta en la mesa del debate, en momentos que se discute, los proyectos de implementación, que se estudian en la Asamblea Legislativa, y tiene una mayoría de treinta y ocho diputados, que están dispuestos a aprobarlos, conocidos como la aplanadora arrolladora, ya que van a la lucha por su aprobación, y tenerlos a tiempo para que pueda entrar en vigencia el primero de marzo del otro año dicho tratado.


Uno de los aspectos clave de la cultura democrática es el concepto de "oposición leal". Éste es un cambio cultural especialmente difícil de conseguir en naciones en las que históricamente los cambios en el poder se han sucedido de forma violenta. El término se refiere a que los principales actores participantes en una democracia comparten un compromiso común con sus valores básicos, y que no recurrirán a la fuerza para obtener o recuperar el poder, y un respeto a la regla de la mayoría, indispensable para la supervivencia de una democracia.


Esto no quiere decir que no existan disputas políticas, pero siempre respetando y reconociendo la legitimidad de todos los grupos políticos. Una sociedad democrática debe promover la tolerancia y el debate público civilizado. Durante las distintas elecciones o referéndum, los grupos que no han conseguido sus objetivos aceptan los resultados, porque se ajusten o no a sus deseos, expresan las preferencias de la ciudadanía. Esto en igualdad de condiciones, ya que los desequilibrios a favor o en contra de una de las partes, hace que esa expresión se vea deslegitimada, no en las urnas, sino en los medios que se aplicaron para llegar al resultado final de las votaciones.


Evitar esas alianzas entre el poder económico, poder político y poder mediático, que desnaturaliza al sistema democrático, ya que se crean desconfianzas. En la democracia se suponen elecciones en igualdad de condiciones, y la decisión de la mayoría, requiere también instituciones, contrapesos y cultura política.


La regla de la mayoría en la que se basa la democracia puede producir un efecto negativo conocido como la tiranía de la mayoría. Fueron Aristóteles y Platón, quienes acuñaron el concepto de “tiranía de la mayoría”, para señalar uno de los peligros de la democracia. Se refiere a la posibilidad de que en un sistema democrático una mayoría de personas pueden en teoría perjudicar o incluso oprimir a una minoría particular. Esto es negativo desde el punto de vista de la democracia, pues ésta trata de que la ciudadanía como un todo tenga mayor poder. Es en la legitimidad de sistema, en que se basa la fuerza de la democracia, sin llevar a golpe de tambor por tener una simple mayoría, tiene luz verde para poder decidir, sin tomar en cuenta a la minoría, que a veces la diferencia es pirrica. Como dijo José Merino, el referéndum no le dio un cheque en blanco al gobierno para hacer lo que quiera.


Don Oscar Arias cuando entro a la presidencia, se dejo decir, que el de por sí tenía mayoría en la Asamblea Legislativa, un error grande, ya que al no tomar en cuenta a una oposición de minoría, pero que representa casi al otro cincuenta por cierto de la población costarricense, hizo que el terreno político se volvería efervescente, y después de una manifestación de los opositores, el TSE, decidió ir a referéndum, por primera vez en Costa Rica.


Hoy de nuevo treinta y ocho diputados están legislando a paso acelerado, para aprobar proyectos urgentes, y el señor ministro de la presidencia Rodrigo Arias, a pesar del llamado a la discusión, con todos los actores políticos, fueron convocados a dialogar, se dejo decir que de por sí ellos tenían a sus treinta y ocho diputados para aprobar, las leyes complementarias.

Hemos aprendido, que el solo chorreo de votos, no es suficiente para la democracia, debe ser una sociedad más inclusiva y más equitativa. Hay varios ejemplos en la historia moderna de las democracias, donde una mayoría oprimió a una minoría, a pesar de que esa mayoría fue electa democráticamente.


La mayoría decide, porque para eso fue elegida, pero sin desconocer que hay una minoría que la separa, solo un tres por ciento de la mayoría, y no le quita a la minoría su derecho a mantener una opinión diferente.
Termino con una frase de don Rodolfo Cerdas: “es erróneo creer que, por ganar una elección, la minoría pierde su derecho a disentir y defender sus opiniones.”

3 comentarios:

Mariel Ramírez Barrios dijo...

O " No estoy de acuerdo con lo que dices o piensas pero defenderé con mi vida tu derecho a hacerlo"
Un abrazote

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Mariel:
Gracias por su comentario, esta muy corto y conciso.

mi despertar:
Gracias

Unknown dijo...

No entendí nada