Réquiem para la democracia de Venezuela y para la libertad de prensa.
Como que si fueran santos, nadie dijo nada cuando Fujimori hizo lo mismo, en El Salvador paso exactamente lo mismo, y acá en Costa Rica, cierran programas y nada pasa, y los poderes mediáticos ponen desde entrenadores de football, hasta presidentes. Hasta hay una página que se llama los quita y pone, vean ustedes lo que hacia Marcel con el poder mediático que se gastaba, tampoco eran unos santitos.Marcel (el marido de una de las accionistas de RCTV) tenía un inmenso poder en Venezuela. Llegó a ser tan fuerte que algunos presidentes le temieron y obedecieron. Sabían estos que algún día dejarían de ser presidentes, pero Marcel seguiría siendo el Marcel que fabricaba o destruía líderes, el hombre cuyo apoyo era imprescindible para crearse una imagen de político probo e inteligente.Esa conducta, tan propia de la cuarta, de preocuparse más por su futuro político que por resolver los problemas la nación, hizo fuerte a un individuo que ha contado con medios y falta de escrúpulos para endiosar o desprestigiar a quien le viniera en gana. O sea si esto se parece a algún medio informativo tico es mera coincidencia.Era tan grande el poder de este personaje, que aún manejando una concesión del Estado se daba el lujo de impedir la aparición de un presidente en ejercicio en "su" canal de televisión.Hasta hombres con poder y sin escrúpulos, como Jaime Lusinchi, se doblegaron ante Marcel. No se atrevió el expresidente a negarle la renovación de la concesión a RCTV, a pesar de ser su enemigo personal y estar facultado por ley para hacerlo.Marcel siempre hizo lo que le vino en gana, al punto tal, que a hombres como Reny Otolina y Alí Primera los veto no sólo en su canal; sino en la televisión venezolana. Ningún medio ni ningún político protestó por esos abusos y atropellos a la libertad de expresión… era demasiado peligroso enfrentar la furia de Granier.Los funcionarios públicos de alto nivel le rendían pleitesía y temblaban ante sus arrebatos de ira. Bastaba la amenaza de dedicarles un par de editoriales para ponerlos de rodilla.Los partidos políticos, por su parte, estaban obligados a incluir candidatos a diputados y senadores, incondicionales de Marcel; mientras que no pocos ministros fueron nombrados por este personaje.Como zopilote, alimentó su poder con la inmundicia. Los abusos, la corrupción y los crímenes de la cuarta república fueron alimento para sus arcas y poder. Crímenes como los del Caracazo, Amparo y Yumare, llenaron de dolor al pueblo venezolano, pero representaron excelentes negocios para Marcel.Sus pautas publicitarias crecieron en la misma medida que se giraron instrucciones para que RCTV no hiciera, en cada una de esas oportunidades, una campaña en defensa del derecho a la vida, como la que hoy realiza en "defensa de la libertad de expresión".Marcel no respetaba (ni respeta) ley alguna y nadie se ha atrevido a condenarlo. Con las leyes que prohibían el tráfico de drogas, la publicidad de bebidas alcohólicas, la proyección de pornografía y la violencia en horario infantil, se limpió el trasero cada vez que se le antojó; y aún hoy sigue haciéndolo con la ley Resorte y la que penaliza el vilipendio.Ni aún la decisión soberana del pueblo de quitarle respaldo a los socios políticos de Marcel y enviar al cesto de la basura todo lo que olía a cuarta república, restó poder a este genio de la manipulación.Se alzó contra el pueblo y su gobierno y logró derribar este último. Por corto tiempo, es cierto, pero no fue tocado ni con el pétalo de una rosa.En una clara demostración de poder, nuestro personaje organizo, promovió y financió, junto con otros, el sabotaje petrolero, las guarimbas, la fuga de dólares y el sainete de Altamira; sin pasar siquiera un cuarto de hora en una comisaría.En resumen, puede afirmarse que el esposo de la dueña de RCTV, tenía y tiene poder; pero le llegó su domingo. El 27 de mayo se venció la concesión del canal y el gobierno venezolano decidió no renovarla.Sin esa concesión Marcel no le mete miedo a nadie, sus editoriales y campañas destinados a intimidar funcionarios ya no seguirán brindándole beneficios, el poder de convocar masas a través de sus manipuladas campañas desaparecerá, y como si fuera poco, una muy buena cantidad de millones se van con la concesión.Por fin comienza a enterarse de que él no puede ser más poderoso que un Estado, por muy encumbrado que sea el apellido de su esposa. Esa realidad lo tiene al borde de la locura. Nadie pierde tanto poder y dinero de un plumazo y se queda como si nada.Lucha desesperadamente por preservar su negocio y privilegios y aún tiene la habilidad para conseguir algunos pendejos que creen que la lucha es por la libertad de expresión, por la democracia y porque el pueblo venezolano dejará de ver ese adefesio que llaman la Rochela.(1)
Como que si fueran santos, nadie dijo nada cuando Fujimori hizo lo mismo, en El Salvador paso exactamente lo mismo, y acá en Costa Rica, cierran programas y nada pasa, y los poderes mediáticos ponen desde entrenadores de football, hasta presidentes. Hasta hay una página que se llama los quita y pone, vean ustedes lo que hacia Marcel con el poder mediático que se gastaba, tampoco eran unos santitos.Marcel (el marido de una de las accionistas de RCTV) tenía un inmenso poder en Venezuela. Llegó a ser tan fuerte que algunos presidentes le temieron y obedecieron. Sabían estos que algún día dejarían de ser presidentes, pero Marcel seguiría siendo el Marcel que fabricaba o destruía líderes, el hombre cuyo apoyo era imprescindible para crearse una imagen de político probo e inteligente.Esa conducta, tan propia de la cuarta, de preocuparse más por su futuro político que por resolver los problemas la nación, hizo fuerte a un individuo que ha contado con medios y falta de escrúpulos para endiosar o desprestigiar a quien le viniera en gana. O sea si esto se parece a algún medio informativo tico es mera coincidencia.Era tan grande el poder de este personaje, que aún manejando una concesión del Estado se daba el lujo de impedir la aparición de un presidente en ejercicio en "su" canal de televisión.Hasta hombres con poder y sin escrúpulos, como Jaime Lusinchi, se doblegaron ante Marcel. No se atrevió el expresidente a negarle la renovación de la concesión a RCTV, a pesar de ser su enemigo personal y estar facultado por ley para hacerlo.Marcel siempre hizo lo que le vino en gana, al punto tal, que a hombres como Reny Otolina y Alí Primera los veto no sólo en su canal; sino en la televisión venezolana. Ningún medio ni ningún político protestó por esos abusos y atropellos a la libertad de expresión… era demasiado peligroso enfrentar la furia de Granier.Los funcionarios públicos de alto nivel le rendían pleitesía y temblaban ante sus arrebatos de ira. Bastaba la amenaza de dedicarles un par de editoriales para ponerlos de rodilla.Los partidos políticos, por su parte, estaban obligados a incluir candidatos a diputados y senadores, incondicionales de Marcel; mientras que no pocos ministros fueron nombrados por este personaje.Como zopilote, alimentó su poder con la inmundicia. Los abusos, la corrupción y los crímenes de la cuarta república fueron alimento para sus arcas y poder. Crímenes como los del Caracazo, Amparo y Yumare, llenaron de dolor al pueblo venezolano, pero representaron excelentes negocios para Marcel.Sus pautas publicitarias crecieron en la misma medida que se giraron instrucciones para que RCTV no hiciera, en cada una de esas oportunidades, una campaña en defensa del derecho a la vida, como la que hoy realiza en "defensa de la libertad de expresión".Marcel no respetaba (ni respeta) ley alguna y nadie se ha atrevido a condenarlo. Con las leyes que prohibían el tráfico de drogas, la publicidad de bebidas alcohólicas, la proyección de pornografía y la violencia en horario infantil, se limpió el trasero cada vez que se le antojó; y aún hoy sigue haciéndolo con la ley Resorte y la que penaliza el vilipendio.Ni aún la decisión soberana del pueblo de quitarle respaldo a los socios políticos de Marcel y enviar al cesto de la basura todo lo que olía a cuarta república, restó poder a este genio de la manipulación.Se alzó contra el pueblo y su gobierno y logró derribar este último. Por corto tiempo, es cierto, pero no fue tocado ni con el pétalo de una rosa.En una clara demostración de poder, nuestro personaje organizo, promovió y financió, junto con otros, el sabotaje petrolero, las guarimbas, la fuga de dólares y el sainete de Altamira; sin pasar siquiera un cuarto de hora en una comisaría.En resumen, puede afirmarse que el esposo de la dueña de RCTV, tenía y tiene poder; pero le llegó su domingo. El 27 de mayo se venció la concesión del canal y el gobierno venezolano decidió no renovarla.Sin esa concesión Marcel no le mete miedo a nadie, sus editoriales y campañas destinados a intimidar funcionarios ya no seguirán brindándole beneficios, el poder de convocar masas a través de sus manipuladas campañas desaparecerá, y como si fuera poco, una muy buena cantidad de millones se van con la concesión.Por fin comienza a enterarse de que él no puede ser más poderoso que un Estado, por muy encumbrado que sea el apellido de su esposa. Esa realidad lo tiene al borde de la locura. Nadie pierde tanto poder y dinero de un plumazo y se queda como si nada.Lucha desesperadamente por preservar su negocio y privilegios y aún tiene la habilidad para conseguir algunos pendejos que creen que la lucha es por la libertad de expresión, por la democracia y porque el pueblo venezolano dejará de ver ese adefesio que llaman la Rochela.(1)
Al final de cuentas es doloroso que se cierre un medio de comunicación, pero a veces hay que hilar más fino y saber que es lo que pasa en las élites del poder mediático.Yo no creo que cerrar emisoras, canales, periódicos o cualquier otro medio sea la solución, ni en Venezuela ni es Costa Rica, ya que eso limita la democracia, así como también el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.En Venezuela con estas prácticas, la democracia se ve erosionada de una forma muy perversa y peligrosa, ya que no hay medios de comunicación independientes, pero como se dice, cada país tiene el presidente que se merece, y lástima que Venezuela este pasando por eso.
Esta es una lección para las democracias latinoamericanas, los partidos políticos deben poner sus barbas en remojo, ya que estos presidentes populistas, llegan al poder, por culpa de los partidos políticos que mienten y engañan a los pueblos, así como también, es una alerta para los medios de comunicación, que deben ser veraces y objetivos y no defender intereses espurios y personales.
1. Por: Alexis Arellano
1 comentario:
Es increible lo de Venezuela y estos gobiernos populistas como el de Chavez, Correa, Evo, nuestra Cristina, a donde nos quieren llevar?.
Dicen hacer todo por la democracia y la democracia sufre con ellos, parece una burla.
Critican al dictador hondureño pero a su vez tienen de idolo a Fidel Castro, tan dictador como Micheletti.
El cierre de medios y la guerra que emprendio el gobierno de Cristina contra el grupo Clarin, es una muestra mas de autoritarismo por parte de estos gobiernos.
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