La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí. En este mundo del fin de siglo, el fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable. A nadie da de ganar esa locura que hace que el hombre sea niño por un rato, jugando como juega el niño con el globo y como juega el gato con el ovillo de lana: bailarín que danza con una pelota leve como el globo que se va al aire y el ovillo que rueda, jugando sin saber que juega, sin motivo y sin reloj y sin juez.
El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue. La tecnocracia del deporte profesional ha ido imponiendo un fútbol de pura velocidad y mucha fuerza, que renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohíbe la osadía. Por suerte todavía aparece en las canchas, aunque sea muy de vez en cuando, algún descarado carasucia que se sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad. Eduardo Galeano
7 comentarios:
Por ejemplo Messi.
Saludos.
No sé yo..
Ciertamente es un super negocio!!
Las cantidades que ganas los jugadores, son astronómicas, pero lo son también las ganancias que el deporte genera, con todo los aditivos que goza, además del importe de entradas a los estadiums, así que me parece justo que no sea sólo la organización, quien se lucré.
Ahora bien siento, que serán profesionales, pero los percibo apasionados de su profesión...que no siempre pasa en otras profesiones jajaja
Unos podrán ser más geniales que otros...pero a todos, les veo el corazón en forma de pelota y la sangre verde de césped.
No estoy de acuerdo con Galeano.
sÉ que te gusta mucho, pero a veces lo siento siempre enfocando todo, dese el punto negativo.
BESOTESSSSSSSSSS
Lástina, querido Roy.
Pero por desgracia ocurre con casi todo.
Un fuerte abrazo.
Es cierto. Cada vez hay menos gambeteadores en las canchas. Esos jugadores tan talentosos de Brasil y Argentina de los años cincuenta, sesenta y setenta, ¿dónde están? Pelé y Maradona eran muchachos muy pobres que aprendieron a jugar con picardía… en los potreros. Pero la escuela de los potreros ya no existe. No hay más potreros. Son muy pocos los que saben jugar con picardía. Son muy pocos los que se atreven a pisar la pelota. Son muy pocos los que pueden gambetear a tres rivales antes de enfrentar al arquero. Yo recuerdo el segundo gol de la selección argentina en la final del Campeonato Mundial de Fútbol de 1978. Siempre he pensado que ese gol de Mario Kempes (que entró en el área gambeteando a medio mundo) es una obra de arte.
Nota: Qué bueno encontrar otra entrada pequeña.
Saludos.
Me gusta Manu Chao y...El Real Madrid, más por mi padre que por convicción.
Precioso el vídeo.
Un abrazo
El futbol, al igual que otros deportes, mueve intereses mundiales !!!
don balón ...don dinero
juntos en la cancha y juntos en todo fuego:)
besitos redondos:))
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