Con la llegada de Obama a la Casa Blanca, Estados Unidos puede recuperar lo mejor de sus raíces: el aliento de la libertad y la pasión por la solidaridad. El mundo lo necesita para salir del agujero actual.
Estados Unidos se revalida como la patria de las oportunidades y establece, ante la mirada atónita del mundo, nuevas marcas todavía inimaginables en otras latitudes. El país que liberó a Europa del fascismo y envió a un hombre a la Luna, rompe ahora decididamente las barreras raciales y se convierte de nuevo en el modelo para tantas sociedades traumatizadas hoy por los movimientos migratorios y los choques culturales.
Estados Unidos se revalida como la patria de las oportunidades y establece, ante la mirada atónita del mundo, nuevas marcas todavía inimaginables en otras latitudes. El país que liberó a Europa del fascismo y envió a un hombre a la Luna, rompe ahora decididamente las barreras raciales y se convierte de nuevo en el modelo para tantas sociedades traumatizadas hoy por los movimientos migratorios y los choques culturales.
Barak Obama- ENRIQUE FLORES. Las elecciones han producido la derrota de toda una clase política
Comienza el fin de la pesadilla, aunque nos quede aún mucho camino por recorrer. La victoria de Barack Hussein Obama en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha de poner punto final a uno de los periodos más tenebrosos de la historia del mundo, en donde la gobernación de los necios, cuando no la de los canallas, se ha impuesto por doquier.
El balance final de la gestión de George W. Bush al frente de los destinos de su país no puede resultar más desastroso. Ha empobrecido la economía mundial; ha generado dos terribles contiendas armadas para las que no se ve solución inminente y que han provocado innumerables víctimas; ha canonizado la tortura; ha vulnerado repetidamente la legalidad internacional y ha destruido el prestigio de América. El mundo es peor después de Bush, es decir, por culpa de Bush. Nos deja un legado tan miserable moral y materialmente que pasará al menos una década antes de que podamos recuperarnos de la postración actual. Ésa es la dura tarea que le aguarda al primer afroamericano titular de la Casa Blanca.
Los errores del presidente Bush no resultan sólo de sus parvas condiciones para el ejercicio del poder, sino, sobre todo, de la reiterada aplicación de una doctrina injustamente apellidada de liberal que ha subvertido los principios de la democracia en nombre de su defensa. Desde la ideología neoconservadora se ha intentado imponer la democracia a sangre y fuego; se ha debilitado el papel de las instituciones; se han agudizado las diferencias sociales; se ha multiplicado la división y la crispación interna; se ha abdicado del diálogo y se ha renunciado al multilateralismo. Finalmente se ha arruinado a millones de familias trabajadoras y se ha permitido que un puñado de banqueros rapaces pusiera en peligro el sistema de pagos mundial, ante la impasibilidad, o gracias a la complicidad, de muchos gobernantes. La tarea de Naciones Unidas ha sido boicoteada, mientras en sus tribunas los representantes de Bush mentían descaradamente para justificar la agresión armada contra Irak, un país regido por una detestable dictadura pero que no constituía amenaza alguna para la paz mundial. Si finalmente se lograra instalar allí un régimen estable y democrático, habría sido a costa de las vidas de cientos de miles de ciudadanos inocentes y de varios miles de soldados estadounidenses. Éste es el balance del que son directamente responsables los señores Bush, Blair y Aznar, y por el que todavía esperamos que muestre arrepentimiento el actual presidente de la Comisión Europea, anfitrión complaciente del triunvirato que ordenó la invasión.
La victoria de Obama se produce en momentos de extraordinaria gravedad para la gobernanza mundial. Lo que comenzó como una crisis de la banca norteamericana, producida por el uso y abuso de productos derivados sin ningún tipo de control, ha terminado por convertirse en algo muy cercano a una depresión económica general. Millones de desempleados se incorporan a las filas del paro mientras cierran miles de empresas, la banca es nacionalizada en muchos países y el dinero de los contribuyentes corre a salvar el sistema financiero. Ni una sola de las instituciones encargadas de que la catástrofe no se hubiera llegado a producir -¿para qué hablar de quienes las dirigen?- supo evitarla, ni tampoco ha sabido reaccionar en forma y tiempo ante la tormenta que se nos venía encima.
Algunos pueden suponer que esta acumulación de problemas políticos y económicos es solamente casual, o fruto de una coincidencia. Responde sin embargo a un hecho fácilmente constatable: la globalización, impulsada a la velocidad de la luz por las nuevas tecnologías, se ha impuesto de manera descontrolada y, cuando se la ha querido gobernar, se intentó hacerlo desde una mentalidad imperial y un poco histriónica. La actual no es una de las clásicas crisis cíclicas del capitalismo, sino un nuevo aviso, el más serio de todos hasta el momento, de que asistimos a un cambio de paradigma en el que los problemas planetarios no pueden ser resueltos por las instituciones nacionales o locales, y en el que el embeleco del unilateralismo ha fenecido estrepitosamente. El Estado ha recuperado un inesperado protagonismo como apagafuegos de la situación, pero los Estados por sí solos, por grandes y poderosos que sean, no bastarán para poner orden en la convivencia mundial si no se reforma e impulsa el papel de las agencias globales (Fondo Monetario, Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio) y el sistema de las Naciones Unidas. La emergencia de nuevos actores (China, India, Brasil), la decadencia del liderazgo de Occidente, el creciente desconcierto de la Unión Europea, la irrisión que provocan tantos expertos económicos, incapaces de predecir o evitar los descalabros y absortos a la hora de buscar soluciones, son cuestiones que agitan hoy las opiniones públicas de muchos países. El desprestigio del modelo de crecimiento y de los estándares morales impuestos por los neocons americanos es total. Deberían aprenderlo los neoconcitos españoles que todavía pululan por los aledaños de la oposición al Gobierno.
La elección de Barack Obama responde a un sentimiento de hartazgo y desconsuelo de la población americana que comparten muchas sociedades de otros continentes. Es, también, una respuesta generacional, una protesta de los jóvenes contra la autosatisfacción culpable de las clases dirigentes. La construcción de algo parecido a un modelo de gobernanza mundial no puede dedicarse sólo, ni principalmente, a la ordenación del sistema financiero. Los poderosos del mundo han de hacer algo para superar las desigualdades y desequilibrios sociales crecientes, tanto en el interior de los países como en la escena internacional, so pena de condenar nuestras democracias a la inestabilidad y la inseguridad.
Es tan grande la desilusión de las poblaciones y resultan tan desmesuradas las esperanzas puestas en el todavía joven senador que acaba de alzarse con la presidencia americana, que conviene poner sordina a las expectativas de una pronta mejoría de la situación. No hay que hacerse muchas ilusiones sobre la reunión del G-20 prevista para el próximo día 15 de este mes. No es probable que de ella salga nada más concreto que un calendario, y esto ya sería un éxito, para ponerse a trabajar seriamente a partir de la toma de posesión de Obama. Es seguro que éste entrará en contacto con los líderes mundiales antes de las ceremonias de traspaso del poder y parece que al menos se entrevistará con Sarkozy, como presidente de la Unión Europea, y otros gobernantes foráneos a fin de analizar la situación. Pero poner a Bush y al secretario Paulson a tratar de arreglar los destrozos que ellos mismos han causado es como meter a la zorra en el gallinero.
La reconstrucción tomará tiempo. No me refiero sólo a la económica, que no será más que el reflejo y la consecuencia del esfuerzo y el emprendimiento humanos, sino sobre todo a la recuperación moral, al restablecimiento del concepto de ciudadanía, a la limpieza de la vida pública y al rescate del compromiso intelectual. Es la hora de la política y ésta reclama líderes, gente con visión, con determinación y con coraje. Obama tiene todo el aspecto de ser uno de ellos. Su elección marca un hito histórico en el devenir mundial y es el fin de los clichés sobre la democracia americana, pionera tantas veces en la defensa de las libertades y en la búsqueda de la modernidad, pero subyugada durante décadas a las manías y las conspiraciones de un puñado de fundamentalistas reaccionarios. Hace ahora seis años que en un artículo sobre el atentado a las Torres Gemelas recordaba yo una poesía de Langston Hugues, el más celebrado e importante de los poetas afroamericanos: Let America be America again. Que América fuera América de nuevo era la ambición y el destino de este memorable escritor, que debería haber vivido para ver cumplida su ilusión. Con la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, América puede volver, por fin, a sus raíces y redescubrir lo mejor del legado de los padres fundadores, allí donde residen el aliento de la libertad y la pasión por la solidaridad. Ésta es condición indispensable para que el mundo salga del agujero en que se ha hundido. Ya se encargará la realidad de poner límites al sueño.
Comienza el fin de la pesadilla, aunque nos quede aún mucho camino por recorrer. La victoria de Barack Hussein Obama en las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha de poner punto final a uno de los periodos más tenebrosos de la historia del mundo, en donde la gobernación de los necios, cuando no la de los canallas, se ha impuesto por doquier.
El balance final de la gestión de George W. Bush al frente de los destinos de su país no puede resultar más desastroso. Ha empobrecido la economía mundial; ha generado dos terribles contiendas armadas para las que no se ve solución inminente y que han provocado innumerables víctimas; ha canonizado la tortura; ha vulnerado repetidamente la legalidad internacional y ha destruido el prestigio de América. El mundo es peor después de Bush, es decir, por culpa de Bush. Nos deja un legado tan miserable moral y materialmente que pasará al menos una década antes de que podamos recuperarnos de la postración actual. Ésa es la dura tarea que le aguarda al primer afroamericano titular de la Casa Blanca.
Los errores del presidente Bush no resultan sólo de sus parvas condiciones para el ejercicio del poder, sino, sobre todo, de la reiterada aplicación de una doctrina injustamente apellidada de liberal que ha subvertido los principios de la democracia en nombre de su defensa. Desde la ideología neoconservadora se ha intentado imponer la democracia a sangre y fuego; se ha debilitado el papel de las instituciones; se han agudizado las diferencias sociales; se ha multiplicado la división y la crispación interna; se ha abdicado del diálogo y se ha renunciado al multilateralismo. Finalmente se ha arruinado a millones de familias trabajadoras y se ha permitido que un puñado de banqueros rapaces pusiera en peligro el sistema de pagos mundial, ante la impasibilidad, o gracias a la complicidad, de muchos gobernantes. La tarea de Naciones Unidas ha sido boicoteada, mientras en sus tribunas los representantes de Bush mentían descaradamente para justificar la agresión armada contra Irak, un país regido por una detestable dictadura pero que no constituía amenaza alguna para la paz mundial. Si finalmente se lograra instalar allí un régimen estable y democrático, habría sido a costa de las vidas de cientos de miles de ciudadanos inocentes y de varios miles de soldados estadounidenses. Éste es el balance del que son directamente responsables los señores Bush, Blair y Aznar, y por el que todavía esperamos que muestre arrepentimiento el actual presidente de la Comisión Europea, anfitrión complaciente del triunvirato que ordenó la invasión.
La victoria de Obama se produce en momentos de extraordinaria gravedad para la gobernanza mundial. Lo que comenzó como una crisis de la banca norteamericana, producida por el uso y abuso de productos derivados sin ningún tipo de control, ha terminado por convertirse en algo muy cercano a una depresión económica general. Millones de desempleados se incorporan a las filas del paro mientras cierran miles de empresas, la banca es nacionalizada en muchos países y el dinero de los contribuyentes corre a salvar el sistema financiero. Ni una sola de las instituciones encargadas de que la catástrofe no se hubiera llegado a producir -¿para qué hablar de quienes las dirigen?- supo evitarla, ni tampoco ha sabido reaccionar en forma y tiempo ante la tormenta que se nos venía encima.
Algunos pueden suponer que esta acumulación de problemas políticos y económicos es solamente casual, o fruto de una coincidencia. Responde sin embargo a un hecho fácilmente constatable: la globalización, impulsada a la velocidad de la luz por las nuevas tecnologías, se ha impuesto de manera descontrolada y, cuando se la ha querido gobernar, se intentó hacerlo desde una mentalidad imperial y un poco histriónica. La actual no es una de las clásicas crisis cíclicas del capitalismo, sino un nuevo aviso, el más serio de todos hasta el momento, de que asistimos a un cambio de paradigma en el que los problemas planetarios no pueden ser resueltos por las instituciones nacionales o locales, y en el que el embeleco del unilateralismo ha fenecido estrepitosamente. El Estado ha recuperado un inesperado protagonismo como apagafuegos de la situación, pero los Estados por sí solos, por grandes y poderosos que sean, no bastarán para poner orden en la convivencia mundial si no se reforma e impulsa el papel de las agencias globales (Fondo Monetario, Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio) y el sistema de las Naciones Unidas. La emergencia de nuevos actores (China, India, Brasil), la decadencia del liderazgo de Occidente, el creciente desconcierto de la Unión Europea, la irrisión que provocan tantos expertos económicos, incapaces de predecir o evitar los descalabros y absortos a la hora de buscar soluciones, son cuestiones que agitan hoy las opiniones públicas de muchos países. El desprestigio del modelo de crecimiento y de los estándares morales impuestos por los neocons americanos es total. Deberían aprenderlo los neoconcitos españoles que todavía pululan por los aledaños de la oposición al Gobierno.
La elección de Barack Obama responde a un sentimiento de hartazgo y desconsuelo de la población americana que comparten muchas sociedades de otros continentes. Es, también, una respuesta generacional, una protesta de los jóvenes contra la autosatisfacción culpable de las clases dirigentes. La construcción de algo parecido a un modelo de gobernanza mundial no puede dedicarse sólo, ni principalmente, a la ordenación del sistema financiero. Los poderosos del mundo han de hacer algo para superar las desigualdades y desequilibrios sociales crecientes, tanto en el interior de los países como en la escena internacional, so pena de condenar nuestras democracias a la inestabilidad y la inseguridad.
Es tan grande la desilusión de las poblaciones y resultan tan desmesuradas las esperanzas puestas en el todavía joven senador que acaba de alzarse con la presidencia americana, que conviene poner sordina a las expectativas de una pronta mejoría de la situación. No hay que hacerse muchas ilusiones sobre la reunión del G-20 prevista para el próximo día 15 de este mes. No es probable que de ella salga nada más concreto que un calendario, y esto ya sería un éxito, para ponerse a trabajar seriamente a partir de la toma de posesión de Obama. Es seguro que éste entrará en contacto con los líderes mundiales antes de las ceremonias de traspaso del poder y parece que al menos se entrevistará con Sarkozy, como presidente de la Unión Europea, y otros gobernantes foráneos a fin de analizar la situación. Pero poner a Bush y al secretario Paulson a tratar de arreglar los destrozos que ellos mismos han causado es como meter a la zorra en el gallinero.
La reconstrucción tomará tiempo. No me refiero sólo a la económica, que no será más que el reflejo y la consecuencia del esfuerzo y el emprendimiento humanos, sino sobre todo a la recuperación moral, al restablecimiento del concepto de ciudadanía, a la limpieza de la vida pública y al rescate del compromiso intelectual. Es la hora de la política y ésta reclama líderes, gente con visión, con determinación y con coraje. Obama tiene todo el aspecto de ser uno de ellos. Su elección marca un hito histórico en el devenir mundial y es el fin de los clichés sobre la democracia americana, pionera tantas veces en la defensa de las libertades y en la búsqueda de la modernidad, pero subyugada durante décadas a las manías y las conspiraciones de un puñado de fundamentalistas reaccionarios. Hace ahora seis años que en un artículo sobre el atentado a las Torres Gemelas recordaba yo una poesía de Langston Hugues, el más celebrado e importante de los poetas afroamericanos: Let America be America again. Que América fuera América de nuevo era la ambición y el destino de este memorable escritor, que debería haber vivido para ver cumplida su ilusión. Con la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, América puede volver, por fin, a sus raíces y redescubrir lo mejor del legado de los padres fundadores, allí donde residen el aliento de la libertad y la pasión por la solidaridad. Ésta es condición indispensable para que el mundo salga del agujero en que se ha hundido. Ya se encargará la realidad de poner límites al sueño.
¿Obama, primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos, llevará a la práctica el sueño de Martin Luther King o la pesadilla de Condoleezza Rice?
Esta Casa Blanca, que ahora es su casa, fue construida por esclavos negros.
Ojalá no lo olvide, nunca. Eduardo Galeano
JUAN LUIS CEBRIÁN
25 comentarios:
entonces,adelante
Barack,el mundo espera
tanto de ti!
♥♥♥besos♥♥♥
Ojala no le quede grande el reto tras 8 a;os de estupides de la peor republicana a manos de el Sr Bush...
¡Ojala el sueño de Martin, se cumpla! pues es el sueño de millones de humanos, y yo me cuento entre ellos.
Mil veces escuche sus palabras, y mil veces me dije, que un día sería cierto, y viendo que alguien es capaz de devolver los sueños a tantísimas gente, de la forma en que Obama lo ha hecho, sé que ese día ha llegado.
¡Ojala todos sus sueños se cumplan!
Mis saludos Roy.
, América puede volver, por fin, a sus raíces y redescubrir lo mejor Roy, gracias por esta claridad de siempre, por ponernos en blanco muchas ignorancias y por tus expresiones analíticas siempre acertadas.
Un honor compartir este sueño de nuevos aires, de libertad y de proyecciones para la evolucion
Fascinante tu imgen hermosamente bella Te sigo enlazando genial muchacho tu texto
Maravilloso tu analisis, detenido, serio y exhaustivo. Me ha gustado mucho. Muy buen retrato de la pesada herencia del "lastre" de Bush, que ha heredado Obama; y del desafio que tiene por delante.
No has dicho más que la verdad.
Un cordial saludo!
Fascinante tu imgen hermosamente bella Te sigo enlazando genial muchacho tu texto
Si hay que sacar al mundo del agujero, que no lo hagan aquellos que lo han metido en el.
Ojalá B.O. no despilfarre el capital humano que se le ha regalado. Ojalá mantenga las ilusiones de los que le han votado, o virtualmente apoyado.
Un abrazo.
Muy buen reportaje, claro y conciso.
Ahora viene el reto tanto a estados Unidos como al resto de los países. Pues se tiene que arrancar con una problemática en crisis y una resistencia de los oponentes. Esto tiene un precio, aguantar hasta que se logre el equilibrio. No se obtienen las cosas como arte de magia y se necesita un trabajo arduo.
Saludos
Hoy tenía que venir a leerte sí o sí.
Excelente votación, con toda la ilusión de que se cumpla LET AMERICA BE AMERICA AGAIN, sin dudas.
Después vengo y nos bailamos un tango para celebrar.
BACI, STEKI.
Hola Roy, días de no pasar por acá. Bueno espero la resaca no haya sido muy fuerte...felicidades, lo apoyaste desde el principio y así saben más las victorias. Bueno yo iba con Hillary y en fin, esa es otra historia. No dudo de la capacidad del chicago boy, pero la hay una incognita, va la apuesta por lo social? como lo fue el partido democrata desde el 33 hasta el 68, pero esa no fue la américa que creció a pasos agigantados, fue la liberal de los republicanos del estado pequeño. Son otros tiempos, tiempos duros como los que recibio Clinton en 1992.
Anda pues, esperemos que estos 60 días no se hagan eternos, y que vengan cosas mejores.
Saludos
Hice el comentario en los dos blogs .Espero que alguo me responda.
Están que ni se hablan. Es un ambiente de guerra civil. Desde que Sarah Palin le dijo a una pareja de cómicos canadienses que se veía en la Casa Blanca en los próximos ocho años y gastó $150 mil en trapos, McCain no quiere saber nada de ella. Imaginen lo que sería si hubieran llegado a donde querían. Por lo pronto, Sarah anda diciendo que ella no fue culpable de la derrota.
Anónimo:
Cuando fue nombrada candidata a vice presidenta, comente en alguna oportunidad que Palin en ese momento era un golpe positivo, ya que una mujer de vicepresidente reactivo el ánimo por las elecciones en ese momento.
Yo esperaba a Hilary como segunda a bordo de Obama pero no se dio. El problema vino poco después, cuando S. Palin empezó a dar tumbos en declaraciones equivocadas, dijo que ella sabía mucho de Rusia porque Alaska quedaba más cerca de Rusia, y empezó a dirigir ciertas opiniones muy radicales.
Se dejo decir que ella bombardearía Rusia si fuera el caso. Creo que los programas humorísticos fueron muy negativos, nunca se vio a Obama en alguno de ellos, en cambio McCain y Palin participaron directamente en ellos, creo que de alguna manera lo intentaron para figurar ante el descalabro mediático que se veía venir.
Referente al gasto en ropa creo que llego el momento de llamar a cuentas, son el equipo perdedor y van a ser sacrificados al máximo. Fue un error muy grande la escogencia de esta desconocida de la política como compañera de fórmula de McCain, el problema es que se dieron cuenta muy tarde y ya la Palin había empezó a disparar la escopeta política, como hacia cuando iba de cacería en su natal Alaska.
Fue una derrota total en todo sentido, y creo que este parido durara más de una década para poder reponerse de este terremoto político.
Las elecciones han producido la derrota de toda una clase política.
Saludos
Roy,
El articulo de Cebrian esta muy interesante.
Hay esperanzas y muchas expectativas.
Ojala ellas se cumplan pues mucho las necesitamos.
Un saludo cordial
a mí lo que me gusta es la justicia poética del apellido materno del presidente electo
quién le iba a decir a bush al empezar la guerra de irak que el siguiente jefe de estado en su lugar sería hussein, ¿no crees?
un abrazo
s
Roy:
Después de leer el texto no me sorprendió que el autor fuera Juan Luís Cebrian. Un reconocido escritor y periodista de prestigio al que mucho le debe el diario El País.
Que Obama sea el primer "negro" que entre en la Casa Blanca como presidente de los Estados Unidos, quiere decir ... que después de él otros "negros" podrán serlo.
Congratulation, Mr. Obama. You could, you did.
Un saludo.
Querido Roy:
Acabo de corregir esta fotonoticia de la edición de mañana sábado.
Faltas tú!
BACI, STEKI.
Empresarios turísticos de Costa Rica visitaron Mendoza
Juan Carlos Rauna, presidente de ACOT; Rodolfo Araya, director de Turismo de la Municipalidad de San José de Costa Rica; Mario Montivero, secretario general del Sindicato Provincial de Turismo y Jorge Córdoba, secretario general de la CGT Mendoza.
(Para ver la foto www.losandes.com.ar en el Suplemento: Estilo)
Muy buena publicación, Roy o... ¿post, es que se dice?
Yo, pues como digo, en EEUU o en
Estados Unidos -americanos somos todos todos, desde el casi polo norte hasta el casi polo sur- el partido que no tiene inggg... que no tiene este pecado tiene este otro, por lo tanto, no me emociono mucho con el nuevo presidente. Y en cuanto a la visión de muchos sobre qué nos van a hacer o a regalar los gringos en los próximos años... ellos, los americaaa... los estadounidenses, corrijo, están, y ahora mucho más, para pensar por y para sí mismos, así es que, el país que quiere estar bien, como nosotros, que se organice como Dios manda y trabaje duro, que trabaje fuerte, carajo, en lugar de andar estirando la mano o pasando el sombrero, muchacho...
TENGO UN COMENTARIO POR MI BLOG, a propósito de preocuparnos y ocuparnos por lo nuestro, que me gustaría leás y comentés, Roy... Saludos.
SI ALGUNA AMIGA O AMIGO TUYO SE ASOMA... ¡ni hablar!
Roy.. un alcance.. EEUU no es América...es sólo parte de América del Norte...
Y bueno Obama tiene una tarea titánica y no se le puede pedir corregir toso el mal que ha hehco Bish a su país y al mundo...
Lo que ha hecho Bush es hacer retorceder unos 30 años a EEUU ... y de paso se hizo mas rico y ayudó a los magnates del petróleo, de las finanzas y de las armas a enriquecerse mas y mas y a tener mas poder aún
saludos
Excelente post, Roy. Sólo quiero aclararte un punto: Los que pagaron el mayor precio para derrotar al fascismo en Europa no fueron los estadounidenses sino los soviéticos, quienes perdieron 50 o 100 veces más vidas en la Segunda Guerra Mundial que los estadounidenses. El mito de que EE.UU. liberó a Europa del fascismo es un discurso que creó la derecha estadounidense para reclamarle a los europeos por su supuesto "antiamericanismo".
Por otro lado, yo también me alegro mucho por el triunfo de Obama en las elecciones y espero que este hecho signifique un cambio real y no sólo simbólico (aunque parece que esto no le agrada para nada a tus amigos libertarios...).
bien por los gringos
pero porfa...EEUU no es el ombligo
AMERICA es mucho más que ese país y desde este universo terrenal de opciones y opiniones ,la Obamanía hay que dejarla de lado y observar como se desenvuelve y las políticas que introduce y que casos resuelve con visión generosa .
Dejémos que Obama haga lo que tiene que hacer , y después habrá tiempo para comentar sobre su gestión:-)
muakismuakis Roy, y las mejores vibras siempre
Gracias a todos por sus comentarios, mañana les respondere uno a uno.
Saludos
Mía:
Lo has dicho, así que adelante.
Saludos
Amorexia:
Ojala este a la altura de nuestros tiempos.
Saludos
Olga s. Isidro:
Y si algún día debía cambiar el mundo y todos aquellos sueños que en algún momento M. L. King tuvo, hemos tenido el honor de ver por lo menos el comienzo de este que se empieza a realizar.
Saludos
Paola:
Esa América profunda (EEUU) es la que llevo a este extraordinario político a la silla presidencial de la nación más poderosa de la actualidad. Los sueños empiezan a cumplirse y esto ya es mucho.
Saludos
Mi despertar:
Gracias por tu apoyo de siempre.
Saludos
Cornelivs:
Gracias por tus nobles palabras, vamos a ver hacia donde gira el péndulo de la historia.
Saludos
Ñoco le bolo:
Tienes razón por todos aquellos que como capital humano lo han llevado a la Casa Blanca y por todos aquellos y me uno a estos, lo apoyamos virtualmente.
Gracias
Cecilia Rivera G.
Si son tres crisis muy fuertes y únicas en la historia de la humanidad moderna que confluyen al mismo tiempo, y yo espero que las fuerzas a lo interno de los EEUU entiendan que el éxito de Obama en estos años difíciles que vienen, sepan entender que será el éxito de opositores y vencedores.
Saludos
Steki:
Gracias por tus tangos y por venir una vez más a mi casa.
Saludos
El compilla:
Si el apoyo fue algo cibernético pero apoyo al fina jajaj. Debemos esperar con ansias el nuevo comienzo y creo que debe ser bueno para todos, ya que a todos nos afectara el éxito o el fracasa de la administración liderada por Barack Obama.
Saludos
Ricardo Tribin:
Ojala se cumplan todos los sueños.
Saludos
Amor:
Si Hussein debe martillar las peores pesadillas de G. W. Bush, no sé si sabes que el nombre de Obama quiere decir en keniano: Lanza Veloz.
Saludos
María José:
Excelente escritor y claro Obama le habrá paso a todas las etnias representadas en los EEUU, creo que podrá venir un latino en algún momento.
Saludos
Steki:
Interesante noticia, yo deseo ir allá pero de turista jaja.
Saludos
Warren Lee:
Creo que todos esperamos que se cumpla eso que tu nos expones tan claramente.
Saludos
Víctor Hugo:
En este lado de Latinoamérica sabemos que todo este gran continente es América, pero los escritores norteamericanos y este español ubican a EEUU como América, pero creo que todos lo que lo tenemos claro lo podemos entender.
Ese retroceso fue tremendo como bien lo dices y beneficio a esos grupos de interés que supieron jugar muy bien a la guerra.
Saludos
Jerry Esponoza:
Creo que los rusos perdieron como 25 millones de seres humanos, la mayor cantidad de víctimas en la Segunda Guerra Mundial.
Esperamos que Obama pueda sortear toda esa maquinaria poderosa que se mueve detrás de todas esas empresas de armas y se pueda cumplir el sueño de la esperanza.
Parece que Obama no tiene la simpatía de los libertarios, pero ya lo tenemos en la Casa Blanca y la historia apenas se empieza a escribir.
Gracias
Lichazul…elisa:
Hay que empezar a ver que pasa después del 20 de Enero, no es el ombligo de América pero si es el motor que mueve al mundo global.
Saludos
En Washington huele a Camelot otra vez...
La esperanza nos inunda a todos parece. Soñemos, un mundo nuevo es posible.
besos, gracias por estar siempre aunque yo sea media ingrata, siempre te leo por el g reader aunque pase poco a comentar, tus escritos me enseñan mucho, gracias por eso también.
mas besos!
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