lunes, 10 de diciembre de 2007

Argentina "devora" jefes de Economía


Martín Lousteau será a partir de este lunes el ministro Economía número 53 en el último medio siglo de historia argentina.

Considerando que, en promedio, el país ha tenido más de un titular de esa cartera por año, se podría especular que Lousteau no durará en el puesto más allá de 2008.

Esto sólo si se siguen las tendencias en Argentina, una nación caracterizada por crisis cíclicas y pujas de poder; desde luego, la realidad puede ser muy diferente.

Lo cierto es que este país ha sido un verdadero "devorador" de ministros de Economía, de modo que cabe preguntarse cuáles han sido las causas de tanta inestabilidad en el cargo.

¿Se debe a las turbulencias financieras o a las reglas de la política? ¿O bien a ambas?

Muchos creen que la principal razón ha sido la inestabilidad de la economía argentina. Hay una larga lista de funcionarios que han caído por el fracaso de sus planes o medidas.

"Históricamente, este puesto ha tenido un rol preponderante en los gobiernos. Por eso, los ministros de Economía han sido un fusible en tiempos de crisis", explica a BBC Mundo el analista económico Alan Cibils.


Kirchner ha tomado las riendas de la economía: hoy las medidas más importantes en esa materia se deciden en la Casa de Gobierno. Y al parecer esto no va a cambiar cuando asuma su esposa, Cristina Fernández.
Alan Cibils, analista económico


Pero las turbulencias no bastan para explicar el fenómeno. Argentina ha crecido en los últimos cinco años a un ritmo promedio del 8% y, aun así, ha habido un desfile de titulares de Economía: Roberto Lavagna, Felisa Miceli, Miguel Peirano y, ahora, Lousteau.

Inversamente, durante los cimbronazos que siguieron a la profunda crisis de 2001, Lavagna logró mantenerse en el cargo durante varios años (2003-2005).

Relación con el presidente

Lo que asimismo explica por qué Argentina es una "devoradora" de ministros de Economía es la lógica política: la personalidad de los mandatarios, entre otros factores.

"La permanencia en este cargo no sólo ha dependido de las crisis, sino también de la relación con el presidente de turno", confirma Cibils.



Así es como el puesto de ministro de Economía, uno de los más importantes en el gabinete, ha sido paradójicamente uno de los más vulnerables ante disputas con los mandatarios.

Sin embargo, durante el gobierno de Kirchner (2003-2007) se ha diluido el protagonismo de quienes manejan el Palacio de Hacienda. Con un poder más acotado, tienen aún menos "resistencia" en su función.

Lavagna -quizás el último ministro fuerte - debió renunciar a su puesto por diferencias con Kirchner. Lo sucedieron tres funcionarios, contando a Lousteau.

Según Cibils, ya se terminó la era de los "súper-ministros" como Domingo Cavallo, quien se desempeñó en los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa.

"Kirchner ha tomado las riendas de la economía: hoy las medidas más importantes en esa materia se deciden en la Casa de Gobierno. Y al parecer esto no va a cambiar cuando asuma su esposa, Cristina Fernández".

Otro factor que ha influido -aunque en menor medida- en la continuidad o discontinuidad de los ministros de Economía ha sido su relación con otras carteras.

Por ejemplo Peirano, quien se esperaba que siguiera en su cargo con Fernández, debió dar un paso al costado por desacuerdos con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, un funcionario que presuntamente cuenta con un mayor respaldo del matrimonio Kirchner.

Perfil "ideal"

En estas circunstancias, ¿cuál es el perfil ideal de quien pretende dirigir el Palacio de Hacienda por más tiempo que el que dictan las tendencias?


Uno de los factores que pondrá a prueba a Lousteau será la forma en que maneje el caso del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, el organismo que mide las variables macroeconómicas en Argentina.
Alan Cibils, analista económico


"Debe ser un técnico que aporte opiniones, pero que esté dispuesto a cumplir un rol secundario", resume el economista Alan Cibils. "Tiene que respetar las reglas del presidente o la presidenta, no ser demasiado autónomo".

Para Cibils, uno de los factores que pondrá a prueba a Lousteau será la forma en que maneje el caso del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), el organismo que mide las variables macroeconómicas en Argentina.

En momentos en que los precios de los productos básicos aumentan casi a diario, economistas independientes han acusado al gobierno de aparentemente "manipular" las cifras de inflación para "ocultar la realidad", algo que la administración de Kirchner ha negado tajantemente.

Los analistas coinciden en que la resolución de esta controversia será crucial, ya que controlar la inflación será uno de los principales desafíos en los próximos años.

Sea como fuere, Lousteau deberá quebrar la "maldición" que desde hace décadas pesa sobre la cartera de Economía en Argentina. El suyo será el intento número 53 en medio siglo y el futuro dirá si será o no capaz de conseguirlo.

Para los que son economistas, por favor no viajen a Argentina!!

2 comentarios:

Terox dijo...

Aunque confieso mi ignorancia, de la lectura deduzco que se ha vuelto una costumbre en Argentina "volarse" al ministro de Economía, como chivo expiatorio de los problemas enfrentados en esa área. Probablemente, se ha llegado de alguna manera a desligar ese puesto del gobierno de turno, al menos en la percepción popular, y esa es una forma de recuperar algo de popularidad para el gobierno. Obviamente, no parece una práctica muy sana...

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Terox:
Podría ser eso que vos dices, pero habría que ver como se mueven los grupos de presión y los de interés, en ese país, para poder entender la dinámica de los ministros de economía.

Supongo que debe ser un puesto algo estresado, manejar la economía argentina tiene lo suyo, ya que esa nación vive a veces periodos inflacionarios a niveles de infarto, y la población espera resultados positivos, y deben de presionar para que cuando se apliquen medidas impopulares, pues alguién tiene que pagar el costo político.
Saludos