Hugo Rafael de baja intensidad

Que nadie menosprecie el poder de las palabras, de ellas nacen la guerra y la paz. Así decía Barack Obama en la más antigua Universidad del Cairo Al-Azhar, rompiendo el choque de civilizaciones.

Con palabras empezó la política de choque de civilizaciones. Con palabras se gestó la Guerra de Irak. Con palabras se inició la satanización del "otro", del que es diferente, convirtiéndolo en enemigo, clasificándolo a partir de arbitrarios ejes de malos y buenos. Y con palabras entramos en un periodo desastroso de unilateralismo y gendarmería internacional, tanto en seguridad como en materia financiera. ¡Ya conocemos muy bien los resultados de aquellas palabras!

"La historia de los últimos 65 años nos muestra que guerras como la Segunda no hubo, pero la guerra total, la guerra que involucra a muchos países o continentes, ha sido reemplazada por los guerras locales, que puedan ser controladas y circunscriptas por las grandes potencias a ámbitos determinados. Los conflictos no se extienden a todo el mundo, sino son locales, a veces breves, a veces permanentes. Lamentablemente, también nos hemos acostumbrado a ello y no nos sentimos asombrados. Los medios lo instalan y desinstalan cuando otras noticias son más importantes" Abraham Zylberman

Hugo Rafael.

Y en verdad que las palabras no se las lleva el viento y Hugo Rafael, presidente de Venezuela lo sabe muy bien, y atiza los vientos de guerra contra su vecino país Colombia, nombrado por el mismo Hugo Chávez como el Israel de Suramérica, por sus ataques certeros y muy bien planificados, al grado que cruza las fronteras vecinas en busca de los terroristas de las FARCS.

Apretón de manos.

"El mundo gira... " dice una vieja canción de los años 60. Y gira de verdad.

"Dejen al viento soplar... ". Y sopla de verdad.

El mundo sigue girando y la historia continua escribiéndose, en verdad que hay ciertos vientos que no se deben dejar soplar, porque si lo dejan soplar, sopla de verdad, como los vientos de guerra que se atizan en Suramérica.

Chávez y los rehenes.

El general prusiano Carl von Clausewitz define la guerra como "un acto de violencia para obligar al contrincante a cumplir nuestra voluntad". Que desea Chávez obligar a Colombia a hacer en una supuesta confrontación armada. Podemos saber como una guerra empieza, pero no sabemos como termina y peor aún no podemos predecir el efecto en lo económico y en costo de vidas humanas pueda tener.

La obra de Karl Von Clausewitz: On War. “La guerra, dice el pensador, es la política llevada a cabo por otros medios”. Guerra y Política son actividades humanas en la lucha por el Poder, que ponen a prueba dos aspectos centrales de su actividad particular: estrategias de largo plazo y tácticas de coyuntura. También nos dice que la guerra es la extensión de la política, sabemos que muchos presidentes y dictadores han usado la guerra para poder distraer a sus respetivos países en momentos de crisis, distrayendo a sus poblaciones de los gravísimos problemas a lo interno.

El Ejército venezolano monta guardia junto al puente Simón Bolívar, fronterizo con Colombia.

“...la única manera para que la historia no

se repita es manteniéndola viva.”

Eduardo Galeano

La circularidad de la historia, como que ya hemos vivido y leído este tipo de estrategias, y aún así no aprendemos nada, para que se dé la guerra deben existir dos bandos, el que la provoca y el que acepta la provocación, los aliados de Chávez se desmarcan de la política de guerra que se cierne sobre su gran aliado, el quinto productor de petróleo del mundo, que si entra en confrontación puede afectar el suministro de este importante país en la producción de petróleo, presionado al alza tan importante materia prima para el mundo industrializado.

Colombia ha sucumbido a la tentación de las reelecciones, una democracia liberal, que no necesariamente ha logrado darle acceso a esas grandes masas desposeídas de los servicios básicos, para una vida digna de cientos de miles de colombianos. Este país tiene la diáspora más impresionante del siglo XX, se dice que los desplazados colombianos en el mundo son de más de dos millones de seres humanos, y tiene un conflicto guerrillero, aún más viejo que el conflicto árabe/israelí.

Al final veremos a Lula como intermediario en esta guerra de baja intensidad que se avecina y porque no decirlo de nuestro presidente y premio Nobel de la paz Don Oscar Arias Sánchez. Es el momento de la diplomacia, del poder blando que nos ha mostrado el presidente de los EEUU. Al final ambas naciones y ambos presidentes, representan dos modos de gobernar y de solucionar problemas diametralmente opuestos.

Veremos si la democracia liberal en Colombia, puede decirnos que los líderes populistas y mesiánicos como Hugo Rafael no son la solución para todas esas masas que esperan tener una oportunidad en la vida social, económica y política de nuestros países.

Aún hoy en día el motor que movió el siglo XX, esa lucha entre el liberalismo y el comunismo, sigue muy presenta a pesar de que estamos celebrando la caída del Muro de Berlín y seguimos con lo mismo veinte años después de que el muro que tenía que caer cayó.

Ante todo esto: Nuestro enemigo principal no es el imperialismo, ni la burguesía, ni la burocracia. Nuestro enemigo principal es el miedo, y lo llevamos adentro. Eduardo Galeano

Créditos: Fotos DELPAIS:com