Hacia donde dispara la democracia liberal

Aún recuerdo que con la liberación de Ingrid Betancourt, en medio de la euforia pareciera que el Gobierno y la guerrilla compartieran un objetivo: hacer olvidar a los colombianos que este país de 44 millones de personas, la mitad de ellos pobres, tiene un abanico de problemas que no se agota con la derrota de las FARC.

El presidente colombiano Álvaro Uribe.

Uribe se siente tentado a emular a Hugo Rafael en Venezuela y perpetuarse en el poder. Colombia una nación que ha sido llamada el Israel de Sur América, con uno de los ejércitos más activos del continente latinoamericano.

Su lucha contra la guerrilla marxista es aún más vieja que el conflicto árabe/israelí, el éxito económico de Colombia pasa por Washington con enormes ayudas económicas para luchar contra el narcotráfico y muchas veces ese dinero ha sido desviado para otros fines.

Escuadrones de la muerte, un bien de exportación colombiano, sicarios a sueldo, secuestros, una diáspora, la mayor del silo XX, con más de tres millones de ciudadanos colombianos esparcidos por el mundo y otros refugiados en países vecinos, con sus vidas pendiendo de un hilo, unos acusados de ayudar a la guerrilla, otros de ayudar a los paramilitares, y todos en peligro de muerte.

La Colombia profunda.

El éxito de Colombia es algo muy discutible, casi la mitad de la población vive en la pobreza. Durante años hemos visto la crítica al modelo de Venezuela, con un presidente que desea perpetuarse en el poder. Muchas que los defienden dice que es la única manera de llevar reformas profundas, ya que una o dos presidencias no se pueden lograr cambios sustanciales en un país.

La democracia liberal ha hecho estragos en todo nuestro continente, excluyendo a millones de seres humanos de todo sustento económico, de poder satisfacer sus necesidades más básicas, de casa, comida, agua potable, educación, etc.

No conozco otro sistema mejor que el democrático, aun no se ha creado nada que se pueda comparar con este, pero el hambre a pesar que no tiene ideologías, se ha ensañado con la democracia liberal , en las democracias más antiguas de nuestro continente.

Hoy en Colombia se propone un impuesto a toda la clase media para poder financiar la guerra que se vive en Colombia, mientras que a las grandes transnacionales se les exime de pagar impuestos en territorio colombiano, al grado que se dice que se va a perpetuar dichas exoneraciones a costa de todo el pueblo de Colombia.

Ira ir Uribe a una tercera presidencia, será exportado en pijamas a otro país, al poderoso aliado de EEUU, se le permitirá a la sociedad civil y a los órganos judiciales y militares, hacer ese tipo de acción o solo se puede concebir eso en una Banana Republic.

“Pero sería un error suponer que el péndulo (constante de la historia de América Latina desde su independencia) va inexorablemente a la "izquierda" y al socialismo. Para retrucarlo está Álvaro Uribe, presidente de Colombia, la otra cara de la medalla de Chávez. Firme aliado de Washington y de la globalización, amigo de la iniciativa privada y de los tratados de libre comercio, apoyado en su éxito relativo contra las FARC (a un alto costo de violencia en medio de una turbulenta guerra sucia) y en su gran popularidad interna, Uribe busca con su peculiar autoritarismo seguir al mando de Colombia”.

El péndulo gira hacia la extrema derecha, algo que Uribe lo sabe y que podría ser un daño irreversible para la democracia colombiana, vamos a ver si este hombre llega a ser un estadista, o simplemente es otro que se perpetua pero ahora al lado derecho de la derecha colombiana.

Dos conceptos pueden caracterizar el futuro de América Latina: La enfermedad del péndulo y la constante de la incertidumbre.

Un país más seguro y más rico, pero que necesita más empleos y mejores políticas socioeconómicas, así como la vigilancia constante.

Créditos: CARLOS MESA 31/12/2009. ELPAIS.com. The Economist.