Paul Krugman ha acuñado la denominación de "banca zombi". Se define así a las entidades a las que se inyectan generosos cantidades de dinero público que es vampirizado para mantenerse como "muertos vivientes".
Los que se lo han montado divino son los "muertos vivientes" ricos. Han descubierto el limbo de un "socialismo perfecto", con el antaño espantoso Estado intervencionista de mayordomo. La gente corriente no puede permitirse el lujo de hacerse el zombi. O estás jodido o estás muerto. A final de mes llega el shock de la factura eléctrica que ha adquirido las proporciones de una descarga en los genitales. Al pueblo sólo le queda recuperar la procesión de la Santa Compaña, que no era consumista ni individualista como los zombis. La moderna cultura zombi tiene mucho que ver con la soledad competitiva de las consolas y los juegos de guerra.
Ciertamente, una cosa es cuando ellos se ajustan el cinturón, otra cosa cuando a nosotros nos toca " socarnos la faja ".....Los que se lo han montado divino son los "muertos vivientes" ricos. Han descubierto el limbo de un "socialismo perfecto", con el antaño espantoso Estado intervencionista de mayordomo. La gente corriente no puede permitirse el lujo de hacerse el zombi. O estás jodido o estás muerto. A final de mes llega el shock de la factura eléctrica que ha adquirido las proporciones de una descarga en los genitales. Al pueblo sólo le queda recuperar la procesión de la Santa Compaña, que no era consumista ni individualista como los zombis. La moderna cultura zombi tiene mucho que ver con la soledad competitiva de las consolas y los juegos de guerra.
Krugman
Es Nobel de Economía, académico de peso y bloguista popular. Raro en su ambiente, desde hace diez años es columnista del New York Times y tiene audiencias masivas. Sus críticas consistentes y discretas preocupan a la Casa Blanca.
Sus advertencias apocalípticas atrajeron hordas de lectores a su blog. Un video frenético de un californiano literalmente cantando a gritos sus pronósticos es un éxito en YouTube. La semana pasada las entradas para una conferencia que dio en California se agotaron casi de inmediato a 135 dólares por cabeza. La revista Newsweek lo puso en su última portada, bajo el título, “La oposición desde adentro”. Paul Krugman es el hombre del momento, y eso pone nervioso al equipo de Barack Obama.
Mientras el líder norteamericano intentaba convencer a los mandatarios extranjeros en una exhaustiva gira por Europa y se esforzaba por moldear una nueva era de bipartidismo en Estados Unidos, su más mordaz detractor comenzó a pisarle los talones, despacio y con mucha modestia, cuestionando sus explicaciones y sus planes, siempre desde la izquierda. Es el único que amenaza con poner fin a la luna de miel de Obama y activar la tan temida crisis de confianza en el sistema norteamericano.
La emergencia de Krugman, un economista sin experiencia en la política, golpeó el punto más débil del gobierno estadounidense, su estrategia para frenar la crisis financiera y reconstruir la economía. El plan de la Casa Blanca tiene dos ejes, el paquete de estímulo de 800 mil millones de dólares y el paquete de rescate de un billón de dólares para el sector financiero. El profesor barbudo de la Universidad de Princeton criticó ferozmente ambas iniciativas.
Krugman escribe una columna en el New York Times hace una década. Es conocido en los programas de política en televisión y el año pasado reafirmó su status de gurú económico al ganar el Premio Nobel de Economía por su trabajo sobre comercio internacional. Pero en los últimos meses supo captar la ansiedad de una audiencia mucho mayor, que se está formulando la pregunta del millón: ¿funcionará el plan económico de Obama?
Su respuesta es un no tajante. El paquete de estímulo es mucho más chico de lo que el país necesita para combatir la creciente pérdida de puestos de trabajo, que este mes ya superó los cinco millones desde el inicio de la recesión norteamericana. Aún peor, el plan para reconstruir el sistema bancario –el préstamo de un billón de dólares a inversores privados para que éstos compren los activos tóxicos de los bancos, con la esperanza que entonces no quiebren– está condenado al fracaso. Según el economista, toda el plan se basa en la idea errónea de que los principales bancos de Estados Unidos siguen siendo, en sus bases, sólidos.
“¿Por qué son tan obstinados en esto –preguntó Krugman en su blog–. Porque temo que ésta sea la única posibilidad que tendrá este gobierno, o que si el plan de salvataje a los bancos fracasa, el gobierno no tenga el suficiente capital político para intentar un plan B. Por eso es horroroso que Obama haya decidido basar todo su plan económico en la fantasía de que un poco de abracadabra financiera retrocedería el reloj de vuelta a 2006.” Krugman no es el único economista que sostiene que Estados Unidos está cometiendo los mismos errores que Japón en los noventa, cuando mantuvo a bancos que ya no eran viables, lo que provocó más de una década de estancamiento económico. Pero el economista de Princeton es el vocero de facto de ese movimiento. Para ellos los bancos en peor estado –Citigroup y Bank of America– deberían ser nacionalizados y canalizar, en cambio, los fondos federales a los desempleados o a proyectos de infraestructura, que garanticen o creen puestos de trabajo.
Debido a sus contundentes credenciales de economista, muchas veces no se percibe que la base del reclamo de Krugman es emocional, no matemático. Les habla a los estadounidenses liberales que se vieron hipnotizados por el fenómeno Obama. Sus palabras son como pequeños martillos que golpean, despacio y de a poco, las esperanzas de un cambio y amenazan, por primera vez, con destruir el clima de optimismo en que están embebidos desde la victoria en las urnas en noviembre pasado.
Las columnas en el diario neoyorquino alcanzan su clímax cuando el economista expresa sus expectativas y posterior frustración frente al gobierno de Obama –y fuerza una reacción similar en el lector–. “No sé ustedes, pero yo tengo el estómago revuelto”, escribió tres semanas después de la asunción del mandatario. “Tengo la sensación de que Estados Unidos simplemente no está a la altura del mayor desafío económico de los últimos 70 años.”
En la raíz del problema, aseguró, está el ingenuo intento de Obama de atraer el apoyo del Partido Republicano, aún dominado por hombres creyentes y fieles al libre mercado. “El presidente comprometió por adelantado”, advirtió el economista, quien además acusó al mandatario de estar muy dispuesto a contentarse con medidas a medias.
Obama- SCIAMMARELLA. PAUL KRUGMAN, EL ECONOMISTA QUE PONE NERVIOSO A BARACK OBAMA
Obama tuvo que empezar a responder a las acusaciones del reconocido economista desde que presentó el paquete de estímulo. “Si Paul Krugman tiene una buena idea sobre cómo gastar de forma más eficiente y efectiva para reimpulsar la economía, nosotros la ejecutaremos”, dijo en aquel momento.
Dos meses después, el círculo de asesores de Obama se muestra cada vez más frustrado al tener que debatir públicamente las críticas de Krugman todos los días. Larry Sumers, el jefe de asesores económicos del presidente, reconoció que está sorprendido y confundido por las críticas del premio Nobel contra el plan de salvataje a los bancos. No es el único. Cada vez que Tim Geither, el secretario del Tesoro, da una entrevista le enrostran las columnas críticas de Krugman.
Obama junto a Rahm Emanuel
Hace poco Rahm Emanuel, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, perdió la calma después de que Krugman criticara el acuerdo entre los demócratas y los republicanos en el Senado para aprobar el paquete de estímulo económico. “¿Cuántas leyes aprobó él?”, dijo, enojado, Emanuel, en una entrevista con la revista New Yorker. En ese momento, era necesario contar con los votos de los republicanos, ya que aún no se definió la situación del senador demócrata por Minnesota, Al Franken. La elección en ese estado todavía está bajo revisión judicial. “Que escriba una maldita columna sobre cómo sentar en su banca al hijo de puta. Me encantaría leer esa columna.”
A pesar de su experiencia, el economista de 56 años no está acostumbrado a la ferocidad del debate político. El hijo de inmigrantes rusos, que creció como un chico tímido de Long Island, se mantiene firme en sus convicciones y planea reducir sus horas de profesor universitario para priorizar sus conferencias y sus apariciones en la televisión.
Obama prometió reducir de forma agresiva el déficit, no bien el país pase la peor parte de la tormenta. Pero la promesa a largo plazo no es suficiente para Krugman. “Los países desarrollados con gobiernos estables pueden endeudarse mucho y luego ser perdonados por los mercados”, sostuvo hace dos semanas.
Está obstinado en ser la piedra en el zapato de Obama durante toda su gestión, aunque su modestia no le permite reconocerlo. “La popularidad arruina el desempeño de los jefes, aun los mejores. Seguramente, lo mismo pasa, digamos, con los economistas. No pueden decir que no les advertí”, escribió recientemente en su blog. Por Stephen Foley * Fotos: El Páis.
18 comentarios:
Con la mirada en tus letras...
Bonita receta que siempre funciona
Privatizar las ganancias
Socializar las pérdidas
Tendríamos mucho que reir si no nos pillaran llorando tanto.
... saludos, Roy
CristalRasgado & LaMiradaAusente
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Indudablemente el panorama no es halagueño, ni mucho menos.
Veremos a ver lo que pasa: ojala las medidas anticrisis tengan suerte y se muestren eficaces.
Es solo un deseo.
un abrazo.
El banco que no sirva que quiebre. Igual con los automóviles y el resto.
Cuando ganaron se dejaron el dinero y ahora que descubren los errores vienen a pedir dinero.
Al contribuyente gringo le está saliendo carísima la broma de sostener negocios muertos.
Que lo digamos nosotros que año a año pasamos millones a empresarios agroindustriales que saben que el río se les llevará la cosecha... pero siguen sembrando ahí.
Que lo digamos nosotros que tuvimos que indemnizar a los afectados del nemagón y salvarle la tanda a quien impunemente los dañó.
Que lo digamos nosotros que subsidiamos a los consumidores de lácteos donde Dos Pinos compite.
Que lo digamos nosotros que vemos a la clase política repartirse nuestro dinero porque dicen que siembran arroz (y cuando no alcanza ellos mismos tienen el monopolio de la importación).
Y somos nosotros los que tenemos que pagar para que los empresarios de la izquierda tengan oficinas políticas sindicales!!!
La injusticia se está apoderando de todo. Unos ponemos la plata y otros la mano. Unos ponemos capacidad y otros otros la necesidad de vivir de otros.
Es una lucha contra ellos mismos, como va as er posible sanar una economia por medio de destruir y momificar a los contribuynetes, las grandes empresas, bancos no se hacen responsables, esperan que sea el soldado el q tape los huecos hechos por tanques...
Es una carrera para terminar ahogados.
Roy:
Obama no lo tiene nada fácil. No sólo tendrá una piedra en el zapato, sino que le pondrán la zancadilla.
Un saludo.
Ñoco Le Bolo:
Tienes razón pero vea como aplauden ahora al estado interventor y a la socialización de las perdidas y culpan al dios mercado, en fin, palabras y más palabras.
Saludos
Cornelivs:
Estimado amigo, dice un autor que el sistema le sabrá dar la vuelta a todos los rescates y el sistema se auto regulará, yo soy algo pesimista, ojala me equivoque y que tu pesimismo sea el que venza.
Saludos
Julio Córdoba:
Pues que podría agregar a tu excelente comentario y esos ejemplos lapidarios que nos describe nuestra cruda realidad.
Y hoy vivimos políticas parecidas el banco Central no controla las tasas de interés que afectan al consumidor sino que da políticas que ayudan a los bancos a desangrar a los pobres deudores.
Y así va la rueda dando vueltas y la historia se vuelve a repetir.
Saludos
Andrés:
Por eso hay que romper todos estos paradigmas, es increíble como decía en el comentario anterior que el banco Central defienda a los bancos usureros y deje desprotegidos a los consumidores, es una verdadera vergüenza eso.
Ojala que podamos sortear esta crisis y no ser tildados de zombis o de momias, ante tanta práctica económica desequilibrada, rescatando empresas que al final deberán sucumbir ante el sistema.
Saludos
María José:
Si la tiene difícil, pero lo que yo veo es que a pesar de la inyección de tantos billones de dólares y el sistema no reacciona, yo me pongo a pensar, es como un barril sin fondo y cuando se acabe la capacidad de inyectar dinero, estas empresas y bancos se irán a la quiebra con todo esos billones a cuestas.
Saludos
La crisis apenas empieza. El sistema financiero sabrá darle la vuelta a cualquier regulación, aunque a corto plazo pueda ser efectiva, en gran parte porque el sistema financiero se autoanula durante la crisis. Por eso vemos que a pesar de los planes de rescate del gobierno norteamericano, no han logrado convencer a los mercados y llevarlos a la recuperación, todavía podemos oír como se tumban las bolsas a niveles insospechados que nos avisan que la crisis llego para quedarse y por largo tiempo.
El capitalismo tiene un problema de marketing
En el paraíso del capitalismo, los creyentes cada vez son menos. Una reciente encuesta del instituto de sondeos Rasmussen Reports (*) revela que sólo un 53% de los norteamericanos cree que el capitalismo es mejor que el socialismo. El 20% apuesta por el socialismo y un 27% no lo tiene claro. Y si preguntan a los jóvenes de menos de 30 años, la diferencia es tan escasa que casi hace que el cadáver de John Wayne se remueva en la tumba. Los que favorecen el capitalismo son un 37% y los contrarios, el 33%.
De la patria de Wall Street se esperarían un nivel de apoyo más rotundo. Claro que si en la pregunta se sustituye capitalismo por economía de libre mercado, como dice en el artículo, los resultados son mejores, o al menos lo han sido en encuestas anteriores.
(*) JUST 53% SAY CAPITALISM BETTER THAN SOCIALISM.- Date: April 09, 2009
www.rasmussenreport s.com/public_ content/politics /general_ politics/ just_53_say_ capitalism_ better_than_ socialism
economístas al acecho , siempre quedan algunos para limpiar las huellas y así salir libres de polvo y paja jajjaja
muakismuakis de sol otoñal
Difícil tomar partido a ambos los respeto mucho por un lado a Paul Krugman y Jospeh Stiglitz son los economistas que más leo hoy con detención y respeto y apoyo al presidente Obama. No estoy de acuerdo en socializar pérdidas y privatizar ganancias, sin embargo le doy el benefico de la duda a Obama porque el es el presidente, el tiene el poder real y fue elegido por la gente. Tal vez podría venir un 3er plan de estímulos fiscales de más inversión pública y ayuda a los desempleados como propone Krugman.
Antonio:
Interesante encuesta y claro de acuerdo a como se pregunte así se verán las respuestas.
Saludos
Elisa:
Definitivo que estamos al acecho jaja que bien lo expresaste.
Saludos
Fede:
Esa tercera opción debió ser la primera y no gastar tantos billones de dólares en intentar salvar al moribundo, al final esos bancos y esas empresas van a quebrar económicamente hablando y se llevaran en banda tanto dinero que pudo ser usado en otros fines más urgentes.
Saludos
bueno, definitivamente todo zapato tiene su piedra, siempre en el "bando contrario" habra un cerebor pensante capaz de ver y sacar a la luz los errores del q figura en primeras planas, y que seria de nosotros sin los "contras"????
Claro que la mision de este hombre es tan vital como peligrosa... pero creo que cualquiera que tenga la capacidad razonar, dejaria en segundo lugar la pseudo-seguridad ante la verdad!!!
Que gran trabajo esta haciendo este hombre!
Ojala la administracion Obama, lo vean no como una piedra sino como el detonante de los errores que desde dentro no se ven!
=)
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